Creemos que hay un acuerdo general acerca de la necesidad de una educación para la sexualidad.
Esta educación siempre ha sido necesaria, pero en el momento actual hay varias circunstancias que la hacen acuciante; podríamos destacar, por su importancia, el inicio cada vez más precoz de las relaciones sexuales y su a menudo completa disociación de la afectividad.
De gran relevancia resultan también los factores dependientes del desarrollo tecnológico, ejemplo de los cuales es el general y sencillo acceso a la pornografía -que se convierte en modelo de relación sexual “normal” para muchos jóvenes- y la fácil posibilidad de relación sexual entre personas con nulo conocimiento previo.
Las iniciativas de educación sexual son varias y despliegan importantes esfuerzos. Sin embargo cabe alegar que la parte del león se la lleva la vertiente que podríamos denominar “médica”. Sin duda es imprescindible hacer comprender correctamente los hechos médicos, pero estamos convencidos que para una educación cabal de nuestros hijos es necesario atender a la persona en su conjunto, educando para integrar la sexualidad con la afectividad.
