El DOGA de 4 de noviembre reduce el aforo de los templos al 50% de su capacidad, debiendo respetarse en todo caso el límite máximo de 25 personas a partir del 7 de noviembre.
Son importantes todas las medidas de prevención y debemos acatarlas, pero esto no quita que esta norma es a todas luces absurda, ya que no contempla la capacidad de los templos. Realmente en nuestra iglesia tan amplia 25 personas parece ridículo.
El Arzobispado ha hecho consulta sobre este tema y estamos a la espera de la respuesta. Mientras tanto nos tendremos que limitar a lo establecido, con lo cual una vez, cubierto el aforo, sintiéndolo mucho tendremos que impedir el acceso a otras personas, que verán vulnerado su derecho a la práctica religiosa.
Adjuntamos documento oficial